En un emocionante lapso de 15 minutos, Motagua logró remontar el marcador adverso de 0-2 hasta el minuto 90, cuando Edwin Rodríguez rescató el empate con una magnífica anotación. A los azules les bastará otro empate para asegurar su puesto en la final
Los aficionados que acudieron al Nacional anoche salieron comentando el juego como si hubieran salido de una sala de cine después de presenciar una película épica. Lo que experimentamos en el clásico fue asombroso: un partido lleno de grandes goles que nos regalaron Olimpia y Motagua en un emocionante empate 3-3 en la ida de la semifinal, cargado de suspenso.
Una vez más, al equipo azul se le escapó la victoria en el último suspiro, pero considerando el reglamento, el resultado no es desfavorable, ya que otro empate les garantiza un lugar en la final. Diego, sin duda, aprendió que nunca se debe dejar con vida a un león.
Gabriel Araujo volvió a demostrar su habilidad en el balón parado. Bajo la dirección de Troglio, se le ha confiado la responsabilidad de los tiros libres debido a su elegante zurda. Así se gestó el primer gol: desde unos 40 metros, ejecutó un saque de falta con una jugada ensayada. La pelota llegó a Bengtson, quien la bajó en el área para luego pasarla a Chirinos, que envió un centro preciso para que José García se elevara y abriera el marcador.
El equipo de Troglio es peligroso cuando se le concede espacio, ya que posee diversas variantes tácticas. Una vez más, encontraron en el balón parado un arma letal. Como en el primer gol, Araujo tomó el mando y con precisión envió el balón al corazón del área, donde Yustin Arboleda se elevó sobre Rubilio Castillo y con un cabezazo certero, marcó el 2-0 para el equipo blanco, acercándolo así a la final.
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