El arquitecto del triunfo en el campeonato preolímpico de CONCACAF de Honduras en 2008 tiene un profundo agradecimiento hacia el fútbol. Esta pasión lo apartó de malos caminos y le brindó la oportunidad de cumplir el sueño de comprarle una casa a su madre. Además, rememora con gratitud a quienes lo descubrieron, sacándolo de una cancha de baloncesto para introducirlo al mundo del fútbol.
Su trayectoria estuvo marcada por diversas experiencias. En un equipo, lo entrenaban con disciplina militar; en otro, sufrió discriminación hasta el punto de romper en llanto. Incluso, fue amenazado por un campeón del mundo. ¿Cuál fue su sueldo más alto?
—¿Sigue ese sueño latente de volver a primera división o ya no?
Mi mentalidad es volver a jugar ahí, aunque sea un año más. Siempre estoy entrenando fuerte y a parte porque tengo la fe en el señor que una oportunidad más me va a salir. No importa con quien sea sería lindo volver a jugar esos partidos ante Olimpia, Motagua, Real España o Marathón.
—¿Extraña esos partidos de la liga dorada de Honduras?
Siempre se me vienen a la mente esos recuerdos de los clásicos ante Olimpia. También sueño con que mi hijo pueda jugar esos clásicos y que viva la emoción.
—Cuéntenos ¿cuál es el secreto para mantenerse físicamente con 38 años?
Esa costumbre la tomé en Belice con un compañero africano y desde ahí comencé a entrenar, es algo que no me gustaba, pero fui viendo los resultados y sinceramente me ha ayudado bastante, nosotros le decimos calistenia. Siempre subo los videos en Tik Tok para motivar a los jóvenes a que sigan esos pasos.
¿Qué es lo más extraño que le tocó vivir en el fútbol?
Estar en un equipo del Ejército en Tailandia, nos entrenaban como policías, nos daban pistolas, aunque yo disfrutaba de eso. Recuerdo que había un extranjero que me decía ‘pucha Welcome vamos para la guerra o qué’. Todavía tengo unas fotos.
—En la Selección Nacional tampoco le fue nada mal. Marcó el gol que le dio el título preolímpico a Honduras ¿es uno de sus momentos más gloriosos?
Siempre me fue bien en el fútbol hondureño y en todos los equipos que me han dado oportunidad, pero cuando sudas esa camisa de la H es lo más lindo. Me encanta cuando estoy en la calle y la gente se recuerda de mi gol en los preolímpicos de la Sub-23.
—¿Qué pasa por su cabeza cuando le digo Sudáfrica 2010?
La gente en el estadio. Nunca pensé que iba a contar un Himno Nacional en un Mundial y todavía veo a mi alrededor a David Suazo, Carlos Pavón y ‘Pery’ Martínez. Es un sueño, Dios ha sido muy bueno conmigo.
A Gerard Pique le costó sudor, lágrima y sangre ¿se acuerda que le dejó un recuerdito?
Sí, le rompí el labio, pero fue un accidente, no lo quise hacer. Después que lo atendieron se me acercó y me dijo ‘ahora vas a ver, me toca a mí’ y yo mejor me cambié de banda, ja, ja, ja. Me fui para donde Puyol mejor, más sanito.
—¿Que estuviéramos diciendo en este momento si no le anulan aquel gol contra Suiza?
Lo recuerdo muy bien fue pase de Edgar Álvarez, pero así es esto, quedó para la historia ese intento y dijeron que estaba fuera de juego, aunque no estaba. Ya no se puede cambiar el pasado.
—Honduras se cansó de fallar en esa ocasión
Tuvimos bastantes oportunidades, pero cuando las cosas no son tuyas, no son tuyas.
¿Welcome está cerca de su retiro?
Mientras el señor diga que estas piernitas aún dan, voy a seguir trabajando.
—¿A qué se dedicará después?
Me iré para Estados Unidos con mi familia y si me toca hacerme contratista de mi hijo lo voy a hacer. Mi mentalidad es ayudar a mi hijo.
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