Jonathan Rougier tapó un penal y cometió otro. In extremis Motagua logró la paridad 2-2 contra el Victoria de Salomón Názar.
El partido estuvo al borde del caos para el Motagua y Diego Vázquez. El equipo capitalino se vio en aprietos y cedió el liderato, dejando la puerta abierta para que el Olimpia tome la delantera. Tras el empate de los azules en La Ceiba (2-2) frente a Victoria, el Olimpia podría tomar la punta en solitario si logra vencer al Vida.
Motagua encontró la senda del gol desde el inicio del partido. En el minuto 6′, Agustín Auzmendi, conocido como el «pistolero», encendió la chispa con un cabezazo dentro del área, aprovechando un tiro libre de Carlos Mejía, y venció la resistencia del guardameta Eward Flores.
No obstante, el gol llegó en un momento inesperado, ya que los azules no estaban dominando el partido. A pesar de que Victoria mantenía la posesión del balón, no lograba generar peligro claro en el área defendida por Jonathan Rougier.
A los 35 minutos, los Lecheros obtuvieron un penal a su favor. Riky Zapata jugó la pelota con la mano, y aunque Luis Mejía dudó, con la ayuda de sus asistentes, se señaló la pena máxima. Diego Rodríguez se preparó para ejecutarlo, pero Rougier se lució al detener el lanzamiento.
Cerca del final del primer tiempo, Luis Hurtado desperdició una oportunidad para las Águilas. Un centro desde el flanco izquierdo llegó al área, pero el colombiano no logró conectar adecuadamente con el balón, permitiendo que los azules se salvaran.
Rougier parecía encaminado a convertirse en el héroe del partido, pero un error lo llevó a condenar su portería. En el minuto 55, el portero sudamericano intentó salir jugando, pero fue despojado del balón por el acoso de Frelys López, quien le provocó cometer un penal. Allan Banegas fue el encargado de convertirlo y establecer el empate 1-1.
Después del gol de los Lecheros, las Águilas perdieron fuerza y el equipo de Salomón Názar se fortaleció rápidamente. A medida que el tiempo avanzaba, al minuto 65, el colombiano Luis Hurtado anotó tras un pase largo de Marcelo Espinal; el delantero superó a la defensa despistada de los azules y definió por encima del portero.
Diego Vázquez reorganizó su estrategia táctica. Hizo ingresar al talentoso Jorge Serrano, al hábil Rodrigo Gómez y a la potencia de Rubilio Castillo. Con su equipo contra las cuerdas, era momento de apostar todas sus fichas desde el banquillo.
En el minuto 69, Victoria se quedó con un jugador menos tras la expulsión infantil de Óscar Barrios. A pesar de tener ventaja numérica, Motagua no lograba imponerse.
Los dirigidos por Diego mantenían la posesión, pero no encontraban la manera de penetrar la defensa rival. La sólida línea de cinco implementada por el técnico Názar se mostraba infranqueable. Ni Auzmendi ni Rubilio lograban hacer daño, especialmente por los costados.
Luis Mejía estaba a punto de pitar el final cuando finalmente la conexión entre Auzmendi y Rubilio dio sus frutos para Motagua. El «pistolero» pivoteó y habilitó al letal delantero, quien aseguró el empate al 90+5′. Fue un empate agónico 2-2 para el ciclón azul, que estuvo a segundos de sufrir una derrota dolorosa.
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